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El Eco del Ego: Por qué Nos Tomamos las Cosas de Manera Personal y Cómo Superarlo



Existe un fenómeno peculiar del cual los seres humanos somos culpables. Es como estar de pie en un vasto cañón lleno de ecos, donde cada palabra o acción dirigida hacia nosotros rebota cien veces, ahogándonos en un diluvio de interpretación personal. "¿Ese comentario es acerca de mí?" "¿Me miró de manera extraña por lo que dije ayer?" ¡Oh, el implacable eco del ego!


Por ejemplo, te reirías si te dijera que ha habido momentos en los que incluso tomé de manera personal cuando mi hija de dos años usaba su cuerpo, y mi ropa, como lienzo para sus obras de arte con plumones sharpie. Ahí estaba yo, pensando que finalmente ella había decidido escucharme y hacerme caso, cuando en realidad, solo estaba siendo una niña pequeña, expresándose de la manera más directa que sabe.


Cuando estas olas nos golpean, se siente como si estuviéramos dentro de una de esas bolas de cristal, con nieve girando por todas partes, escondiendo la hermosa escena interior. Pero en lugar de copos de nieve, son juicios, suposiciones e interpretaciones erróneas oscureciendo nuestra visión.


Parece que hay un comité en mi cabeza, no muy diferente al consejo de administración del que tal vez hayas leído en otra edición de Student of Earth. Presidiendo este comité está la señorita Ego Ela, con miembros como el señor Percy Personal y la señora Rita Reacciona-mucho. ¿Su juego favorito? Tomarse todo personal.


Hace años, me encontré tomándome personal todas las decisiones de mis padres. Decisiones que, sin lugar a dudas, moldearon partes de mi vida, pero que ellos tomaron desde y con sus propias perspectivas, temores y sueños. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que esas decisiones rara vez tenían que ver conmigo, aunque muchas o casi todas las veces me afectaron.


A la señorita Ego Ela le encanta centrarse en sí misma. "¿Ese comentario casual de un compañero de trabajo? Definitivamente es acerca de mí". El señor Percy Personal magnifica cualquier interacción, insistiendo en que hay un significado oculto dirigido directamente hacia él. Mientras tanto, la señora Rita Reacciona-mucho... bueno, ella está lista para encenderse ante la más mínima sospecha de ofensa percibida.

Pero aquí está la revelación: Este comité no soy yo. Son como un viejo programa de radio que suena de fondo. Reconocer su diálogo es el primer paso para silenciarlos.

Cuando alguien se desahoga, se muestra irritable o es crítico, es como si estuvieran pintando un cuadro, pero no de mi, sino de ellos mismos. Es una exhibición de su estado emocional actual, heridas pasadas, inseguridades y sí, su propio comité personal. Solo la idea de que yo pudiera ser el personaje principal en la historia de todos es más agotador que correr un maratón, ¿o no?


Entonces, ¿por qué surge instantáneamente el impulso de envolvernos en la proyección de otros, vistiéndola como una prenda que no nos queda bien? Es ese maldito comité, haciendo que todo gire en torno a nosotros.


Tomarse las cosas de manera personal es más que una excentricidad individual; es un hábito colectivo. Forma barreras, crea conflictos y obstaculiza la comprensión. Cada vez que presumimos que una acción o palabra se refiere a nosotros, perdemos la oportunidad de conectar, de empatizar, de crecer.


Pero, querido lector, la conciencia es el rayo de sol que atraviesa la tormenta de la bola de nieve. Comprender por qué lo hacemos y darnos cuenta de que es simplemente un hábito, uno que puede cambiarse, es empoderador.


Cuando ese comité comienza con sus conjeturas, o cuando siento el peso de la proyección de otro, elijo detenerme. Escucho. Respiro. Busco la verdad, no solo la versión de mi comité. Y la verdad suele ser simple: no se trata de mí.

Abrazar esta perspectiva no solo aligera mi carga emocional; construye puentes. Fomenta el diálogo. Fomenta la comprensión. Si todos nos comprometemos con este cambio, solo imagina el mundo que podríamos crear. Un mundo en el que escuchamos más de lo que hablamos, donde buscamos entender antes de ser entendidos.

Quizás hayas reconocido tu propio Comité de “Me tomo todo personal”. La próxima vez que se reúnan, te invito a hacer una pausa y dirigir tu atención hacia la compasión y la comprensión. Es un viaje, pero vale la pena emprenderlo. Y créeme, la vista es mucho más clara fuera de la cámara de eco.


Hasta que nos volvamos a encontrar, recuerda: tienes el poder de cambiarle el canal a tus pensamientos en cualquier momento. 🤙🏻


Una vez mas te pido querido y leal lector, si crees que alguien se pudiera beneficiar de leer este artículo, quizá conoces a alguien que siempre se toma las cosas personales, y si, todos tenemos a uno de esos en nuestras vidas, por favor compártelo.


También comenta abajo, tu opinion es valorada profundamente.


Gracias 🙏🏻

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