top of page
Buscar

Más allá del GPS: Recalculando la realidad cuando la vida no sale como planeaba.



Antes de Waze, recuerdo mis días como pasante de derecho, cuando aún estaba estudiando la carrera. Me mandaban por toda la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes del mundo, para que me firmen documentos y realizar otras tareas de pasante. Recuerdo los viajes angustiosos a lugares desconocidos. Armada solo con instrucciones precisas escritas en un papel, cualquier error o evento inesperado me hacía entrar en pánico. En aquel entonces, sin saber en quién confiar o a quién pedir ayuda en la calle, era realmente aterrador.

 

Hoy en día, con el bendito Waze, manejar incluso por ciudades desconocidas se ha vuelto pan comido. La seguridad del “recalculando” (con voz de hombre español) cada vez que cometo un error o encuentro circunstancias imprevistas infunde una confianza y fe profundas de que, pase lo que pase, llegaré a mi destino.

 

Pero no estoy aquí para profundizar en el funcionamiento de la tecnología GPS ni trabajo para Waze 😉; sino para hablar de lo que es eso del “recalculando” que es como he vivido las últimas dos décadas de mi vida: redirigiéndome constantemente, a veces atrapada por el pánico debido a eventos inesperados, otras veces asombrada y agradecida por los cambios de ruta. A menudo, simplemente me dejo llevar, confiando en que el universo (mi GPS metafórico) sabe a dónde quiero llegar y me está guiando de una forma u otra. Este viaje ha sido increíblemente enriquecedor, marcado por un crecimiento y aprendizaje significativos.

 

Reflexionando sobre mis años universitarios, había planificado meticulosamente los siguientes cinco años, que eventualmente se extenderían a un plan de 10, 15 y 20 años, culminando en lo que creía que sería mi final “…y vivió feliz para siempre”. Sin embargo, mucho de lo que pensaba que quería y aspiraba realmente no era mío, empezando por estudiar derecho. Cada decisión que tomaba desencadenaba una serie de eventos y más decisiones que desviaban mi vida hacia sueños confundidos, sueños que pensé eran míos pero no lo eran.

 

Afortunadamente, en el camino comencé a darme cuenta de que realmente yo no estaba alineada a mi “plan”. Entre más me acercaba, más me daba cuenta que eso no era lo que yo quería, no me llenaba, no me daba satisfacción, realmente no era feliz. En retrospectiva, veo que este desajuste era necesario para que hoy pudiera estar aquí, haciendo lo que amo. Pero déjenme decirles, no se sentía así en ese momento. Cada plan fallido o expectativa no cumplida (y hubo muchas) se sentía como si una aplanadora me pasara por encima. Era doloroso, solitario, confuso, decepcionante y desmotivador. Sin embargo, todas estas experiencias fueron parte del viaje de la vida, enfatizando el viaje en sí más que el destino.

 

¿He cometido errores? Absolutamente, incontables. ¿He tomado “malas” decisiones? Sí, muchas. ¿Me arrepiento? ¡Para nada! ¿Volvería a hacerlo todo de nuevo? En esencia, sí. Reflexionar sobre cuánto he aprendido y crecido en el camino es indudablemente uno de mis logros más significativos. Aprecio quién era en ese entonces, considerando lo que sabía, dónde estaba y qué estaba haciendo. Pero amo quién soy ahora: mi resiliencia, mi curiosidad, mi incansable búsqueda por mejorar, mi tenacidad, mi adaptabilidad, mi nueva perspectiva de la vida y la flexibilidad que viene de reconocer mi propio poder para remodelar continuamente mi vida al remodelar mis pensamientos.

 

Y esa es precisamente la razón por la que estoy aquí, para mí y para los demás. Para guiar a aquellos que lo necesitan, para ser el espejo de aquellos que aún no han visto sus verdaderos yo, para compartir mis experiencias con quienes sufren y para difundir mis descubrimientos, hallazgos, tesis, conclusiones y sabiduría a todos los que buscan un sentido de propósito y felicidad por voluntad y elección, independientemente de las circunstancias. Estar aquí cuando te salgan los “recalculando” y ayudarte a pasar por ahí, no solo sin pánico, sino con verdadero disfrute y gratitud.

 

A medida que continuamos navegando por los caminos impredecibles de la vida, recuerda confiar en tu propio GPS interno. Así como confiamos en la tecnología para redirigirnos de manera segura cuando nos desviamos de nuestro camino planeado, también podemos confiar en nuestra resiliencia y adaptabilidad para guiarnos a través de los giros inesperados de la vida. Cada redirección, cada recalibración no es simplemente un desvío; es una oportunidad para crecer, descubrir y darse cuenta de que a veces, las rutas inesperadas nos llevan a los destinos más extraordinarios. Abraza estos momentos con la misma fe y anticipación con la que observas cómo tu GPS te lleva a través de territorios desconocidos.

 

Gracias de nuevo por ser parte de este viaje. Gracias por tomarte el tiempo de leer y conectar conmigo. Gracias por participar en este diálogo conmigo.

 

Continuaré preguntando, sin expectativas y sin vergüenza, si tienes algo que te gustaría compartir, por favor hazlo en los comentarios a continuación.🥸

0 comentarios

Comments


No te pierdas ningún artículo, suscríbete...

¡Gracias por suscribirte! Estoy segura que te vas a divertir...

bottom of page